No es justo que, sobre su blanco pelaje, la sangre dibuje señales de socorro.

No es justo que, en su opaco lomo, abran heridas de cultura, y se claven mil puñales de vergüenza.

No es justo, en absoluto, que cientos de vidas pasen absortas ante el tiempo, encarceladas en jaulas con barrotes de acero humano.

No es justo que, sin saberlo, sean objeto de recreación encadenados, perseguidos  por el odio mas irracional, balas atravesando su piel inocente.

No es justo que no nos demos cuenta que, tras sus ojos negros, hay un alma que quizás, tiene mucho mas que enseñar que nosotros.

No esperemos nada bueno de un mundo tan injusto. 

Si somos lo que comemos, ¿somos corderos, vacas, gallinas, cerdos? 

Si somos lo que matamos, ¿somos zorros, toros, osos, ballenas?

No, somos monstruos de crueldad ante seres tan puros.

Liberación animal.