hoy caminaba por el mar, como Jesucristo, pero con menos preocupaciones. Yo no intentaba demostrar nada, no intentaba convencer a nadie de quien era, solo quería encontrar la cordura que perdí, y todavía no he encontrado.
El miedo se pierde, el juicio, los amores y los amigos también, pero las deudas se quedan con nosotros para toda la vida.
Búscame en el la ciudad donde nunca estoy.
Que razón mas grande chiquita...
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