Crecer.

Era verano, o quizás primavera, que mas dará. Corríamos por la hierba alta a toda velocidad, dejando atrás las preocupaciones, volábamos alto sin levantar los pies del suelo, no nos hacia falta. Caramelos, helados, palomitas...y puestas de sol. Bicicletas, nuestros ojos brillaban mas que el sol, el pelo alborotado por el viento que nos golpeaba de frente, y nos daba igual todo, no sabíamos nada de nada, pero la ignorancia nos hacia felices. Cazábamos insectos y los examinábamos, mirábamos las nubes, buscábamos emociones en cualquier lugar, y eso nos hacia fuertes, libres, niños.
No teníamos tiempo de contar las huellas que dejábamos en la arena, ¿para que? teníamos mucha costa que recorrer. Y un día, sin darnos cuenta, crecimos. Aprendimos todo aquello que no nos importaba y perdimos el mapa para ir a donde nos diese la gana. Todo se nos quedo en un recuerdo.