Canciones para una derrota. Aquellas que escuchas con luz tenue, con los ojos entornados, con la mirada perdida. Canciones para un perdedor, para un recuerdo, para una tormenta, para una decisión, para un final.

Todo termina así, como empezó. Todo tiene un final, bueno, malo, o regular. Nuestro problema es que nos preocupamos tanto de ese destino que no disfrutamos el presente. Qué difícil es a veces no dejarse llevar por el caos del sentimiento y pensar con la cabeza. Que inoportuno es nuestro mecanismo.

Y ahora, aquí, escuchando esa canción para perdedores, decido dejar de pensar un poco menos y soñar un poco mas, porque todo esto no me parece justo, en absoluto.

Quizás.