La piel se me eriza al leerte, para mi eres la esperanza escrita en letras doradas sobre un horizonte de algún color opaco. Sabes? estoy harta de encontrarme con los mismos problemas, las mismas caras y los mismos recuerdos, harta de curarme con litros de llanto las heridas que jamás se cierran, siempre lo mismo, y al fin y al cabo, mis manos son las que me salvan. ¿De que me sirve decir siempre que le echo de menos y que tengo frío si por mucho que le escribo Nadie jamás contesta?, ¿será tal vez por el hecho de que Nadie, verdaderamente, no es nadie, y de tanto esperar para ponerle un nombre me he quedado mas sola que la una, o que la Luna, según se mire?
Tanto cuesta darle el valor correcto a las palabras?
Socorro.